El nuevo espacio público toma la riqueza de la cubierta vegetal actual como uno de los valores más interesantes a potenciar del actual interior de isla, para conseguir definirlo como un verdadero Jardín del Mediterráneo. El barrio de la Zona franca es uno de los barrios con más presencia de verde de Barcelona, hecho que recomienda mantener la conectividad entre los espacios libres, como la auténtica infraestructura verde de la ciudad. El proyecto parte de la premisa prioritaria de garantizar que se pueda recorre el nuevo espacio en todas las direcciones, a través de todos los niveles y de manera accesible para todos los usuarios.
La traza diagonal inicial permite delimitar dos grandes ámbitos de trabajo: la cota superior que se relaciona con los edificios que hacen fachada con el Paseo de la Zona franca, y la inferior que se relaciona con los locales que situados en una cota deprimida y que absorbe el sistema de conexiones viarias requerido.
El nivel superior, conecta con el pasaje desde Virgen María del Puerto de dos maneras: a través de un plano inclinado, totalmente accesible, que bordea la línea de fachada y a través de una singular pasarela ligera que finaliza con un sistema de escalas y nos dirige hacia el pasaje de acceso a la calle de los Altos Hornos.
El nivel inferior gana amplitud y se relaciona de manera más amable y flexible con el tramo superior que la solución actual. Se establecen conexiones directas hacia todos los pasajes. El recorrido accesible, desde el lado de la Plaza de la Marina, acontece un plano inclinado que te acompaña cómodamente hasta el nivel inferior, cruzando por debajo de la pasarela.
Se han dispuesto nuevas plantaciones de arbolado que sustituyen las especies retiradas. También se ha incrementado en más de 900m² la superficie de parterre, con especies arbustivas resistentes, de baja levantada y poco mantenimiento de riego, fortaleciendo las visuales directas al emplazamiento.
